“Emmanuel, quelle mouche vous a donc
piqué?”
Nicolas Boeglin,
Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de
Costa Rica (UCR)
El título algo evocador de estas pequeñas reflexiones
refiere a la decisión insólita del actual Presidente de Francia, Emmanuel
Macron, de disolver de manera inconsulta y sorpresiva la Asamblea Nacional
francesa, luego de conocerse los resultados de las elecciones europeas del
pasado domingo 9 de junio.
Una decisión sin lógica. Nadie entiende la lógica que
puede haber estado detrás de esta decisión, que acerca como nunca al actual
partido del “Rassemblement National”
de Marine Le Pen al poder. En efecto, al haber obtenido más del 30% en estas
elecciones para el Parlamento Europeo, con una victoria en 93% de las
circunscripciones electorales francesas, resulta realmente osado pensar un solo
instante que esta tendencia del “Rassemblement
National” (perfectamente medida meses atrás en sondeos de opinión en
Francia), pueda verse afectada en cuestión de semanas, al estar convocados de
nuevos los electores franceses a elecciones el domingo 30 de junio (primera
vuelta) y el domingo siguiente (7 de julio con una segunda vuelta).
En algunas de sus declaraciones el Presidente francés justificó su accionar por una “clarificación” luego del resultado electoral
del 9 de junio. Si deseaba saber si los franceses están realmente tan hastiados
de su forma de gobernar a Francia, la supuesta “clarificación” bien podría convertirse en un trago aún más amargo que
el del 9 de junio, con consecuencias sumamente graves para Francia y también para
la Unión Europea (UE). La mayoría presidencial contaba hasta su disolución con
245 diputados en la Asamblea Nacional desde junio del 2022: es probable se
reduzca a menos de la mitad el 7 de julio venidero.
Nubarrones para la UE.
Es preciso señalar que el tándem franco-alemán funciona como un motor de la
integración europea: desacuerdos entre ambos pueden conllevar una grave crisis
institucional en el seno de la UE. Con resultados electorales bastante
desfavorables para su partido que fueron observados en Alemania el 9 de junio
también, el canciller de Alemania no consideró necesario disolver nada en
Alemania, sino tomar nota del descontento creciente de su gestión en la
sociedad alemana: una actitud que perfectamente hubiese podido adoptar su
homólogo galo.
Con una guerra a las puertas de la UE desde la invasión por parte de Rusia al territorio de Ucrania en febrero del 2022, con ciberataques sostenidos contra Francia que muchos expertos consideran provenir de Rusia desde varios meses, con unos Juegos Olímpicos en París que inician el 26 de julio y que van a significarle a Francia un sostenido esfuerzo en materia de seguridad, pero también un clima social de alta tensión, dado el profundo descontento de muchos sectores en la sociedad francesa (agricultores, personal médico y hospitalario, cuerpos de seguridad, personal docente en escuelas, colegios y universidades), con una elección en Estados Unidos que amenaza con volver a un Presidente norteamericano tan irascible como imprevisible en noviembre del 2024, estos y muchos otros indicadores debieron llevar al actual mandatario a una mayor prudencia.
Con
relación al drama indecible que se vive en Gaza, recientemente, el experto galo
en relaciones internacionales Pascal Bonniface explicó los alcances de la unión
de la izquierda francesa, pese a varios cuestionamientos y acusaciones de
presunto antisemitismo que algunos sectores de la derecha (y dentro de la misma
izquierda) le han hecho desde el 7 de octubre del 2023 a los líderes de “La France Insoumise” (véase emisión “La gauche française malade du conflit
israélo-palestinien ?” del 10 de junio del 2024, disponible en este enlace).
Un capricho con
efectos desastrosos. La decisión del Presidente Emmanuel Macron es
percibida como un verdadero capricho de un mandatario aislado y profundamente enojado por resultados adversos
registrados el 9 de junio del 2024: el hecho que, al parecer, tomara esta
decisión solo en su oficina, sin avisar a ninguno de sus ministros, confirma
esta percepción.
Es de notar que, además, al ordenar la disolución de la
Asamblea Nacional, el Jefe de Estado galo de alguna manera disolvió lo poco que
quedaba de la “macronie”, el
movimiento político que fundó en el 2016 y que le permitió ganar las elecciones
en el 2017 y de nuevo en el 2022. “Ni
derecho ni izquierda” fue la base de este movimiento, que ahora, con esta
insólita decisión, amenaza con sucumbir en una segunda vuelta (a realizarse el
7 de julio) en la que los dos finalistas en la inmensa mayoría de las 577
circunscripciones electorales representen… a la derecha y a la izquierda.
También, de alguna manera disolvió su actual gabinete,
responsable en parte de la percepción tan negativa que posee en la opinión
pública francesa el Presidente Macron. Se trata de un gabinete liderado por un
joven primer ministro que apenas contaba con unos pocos meses en el puesto y
con varios ministros en plena curva de aprendizaje como titulares de carteras
ministeriales. ”Dégagez !” puede ser
la manera en que muchos de los actuales ministros en Francia percibieron esta
decisión de disolver la Asamblea Nacional gala que los tomó a todos totalmente desprevenidos.
El error de apreciación del actual Presidente fue el pensar que
la derecha francesa correría a unirse a él: nada más alejado de la realidad,
con un Presidente del partido “Les Républicains” que tempranamente anunció su
deseo de unir fuerzas con el ”Rassemblement
National” de Marine Le Pen, provocando reacciones airadas de muchos líderes
de la derecha francesa tradicional. Otro error de apreciación consistió en
pensar que la izquierda francesa estallaría, y sería incapaz de unirse y de limar
las asperezas que se dieron durante la campaña electoral para el Parlamento
Europeo. Nada más alejado de la realidad, con un “Nouveau Front Populaire” que se articuló en 48 horas, supo unir
voluntades y cuenta hoy con el apoyo de las principales centrales sindicales galas
y movimientos sociales franceses, convencidos que el “Rassemblement National” del
joven Jordan Bardella de 28 años de edad, sin mayor experiencia previa en la
administración pública, no propone sino seguir favoreciendo al sector privado
francés en detrimento de la clase media y baja.
Conclusión. Hace
pocos días, el ídolo francés Kylian Mbappé mundialmente conocido, a pocos días
de iniciar la EuroCopa en Alemania, salió de la tradicional reserva de las
grandes estrellas del deporte en Francia con relación a la política, y tuvo las
siguientes palabras, como capitán del equipo francés de fútbol (véase
declaraciones contenidos en este enlace),
que nos permitimos reproducir a modo de conclusión:
“J'espère qu'on sera
encore fier de porter ce maillot le 7 juillet”.
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