miércoles, 8 de abril de 2015

CIJ: AUDIENCIAS ORALES ENTRE COSTA RICA Y NICARAGUA DEL 14 DE ABRIL AL 1 DE MAYO DEL 2015



Mapa de la frontera entre Costa Rica y Nicaragua de Google Earth usada por Eden Pastora para ubicarse en Isla Portillos en octubre del 2010. A la izquierda, mapa usado que contiene un error, a la derecha, el mapa rectificado por Google Earth a inicios de noviembre del 2010 (ver nota de prensa). Imagen extraída de artículo de prensa.



Figura indicando ubicación del caño "Google" o Caño "Pastora" excavado por Nicaragua en Isla Portillos en octubre del 2010 en azul a partir del error de Google Earth y en rojo el territorio declarado "en litigio" según la CIJ el 8 de marzo del 2011 (figura elaborada por el Dr. Allan Astorga).



Mapa de la "trocha fronteriza" y rutas de acceso al río San Juan habilitados por Costa Rica en respuesta a la ocupación ilegal de Isla Portillos por parte de Nicaragua. Documento oficial presentado en Casa Presidencial (Costa Rica). Arriba al extremo derecho, Isla Portillos (circulo en rojo realizado por el autor ya que no se distingue mayormente en razón de la escala usada)





Según comunicado de prensa de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) (ver texto), las audiencias orales entre Costa Rica y Nicaragua se celebrarán del 14 de abril hasta el 1ero de mayo del 2015. Este largo y extenuante programa (raramente visto en La Haya) se debe a la "unión" de dos procedimientos contenciosos en uno solo, solicitada por Nicaragua (y objetada por Costa Rica en su momento), que tuvimos la oportunidad de analizar (ver nota en francés publicada en Sentinelle). Notemos que con posterioridad a las audiencias orales, se abre un compás de tiempo que puede ir de 6 meses a 9 meses o más en el que la CIJ elabora el fallo final. En el caso del fallo del 27 de enero del 2014 de la CIJ entre Perú y Chile, este plazo fue de 13 meses (ver nota), a lo que hay que sumar cierta originalidad de los jueces de La Haya en este preciso caso (ver nota publicada en Sentinelle). A continuación se presenta una breve cronología de las recurrentes demandas de Costa Rica y Nicaragua al juez internacional, casi todas relacionadas con reglas relativas a la protección del ambiente, y las diversas respuestas dadas por la CIJ a Costa Rica y Nicaragua en los últimos años.

Costa Rica - Nicaragua - CIJ: breve recapitulativo:

En noviembre del 2010, Costa Rica presenta una demanda contra Nicaragua por la ocupación ilegal de Isla Portillos y los daños ambientales ocurridos con ocasión de la operación del dragado del Río San Juan por parte de Nicaragua, solicitando que la CIJ ordene medidas provisionales tendientes a suspender el dragado del San Juan (ver nota).

El 8 de marzo del 2011, la CIJ ordena dichas medidas, en la que declara "zona en conflicto" el sector de Isla Portillos, solicitando a ambos Estados retirarse de ella (ver nota publicada en La Nación). Para mitigar daños ambientales, la CIJ autoriza a Costa Rica a ingresar en la zona informando a Nicaragua y bajo supervisión de la Secretaría Ramsar. la CIJ no ordena la suspensión de la operación del dragado a Nicaragua.

En diciembre del 2011, Nicaragua presenta una demanda contra Costa Rica por la construcción de la denominada "trocha fronteriza" y los daños ambientales producidos (ver nota).

Con ocasión de la presentación de su contramemoria para la demanda inicial de Costa Rica, Nicaragua presenta varias medidas reconvencionales a la CIJ y la unión de ambos procedimientos en uno solo. En abril del 2013, la CIJ rechazó 3 de las 4 demandas reconvencionales presentadas por Nicaragua (ver nota publicada en CRHOy) y acepta unir ambos procedimientos en uno solo.

En julio del 2013, la CIJ rechaza una solicitud hecha por Costa Rica y por Nicaragua de modificar, cada uno por razones distintas, el texto de la ordenanza del 8 de marzo del 2011 (ver nota publicada en Tribu Global).

En septiembre del 2013, luego de constatarse la excavación de dos nuevos caños en Isla Portillos por parte de Nicaragua, objeto de una protesta formal por parte de Costa Rica (ver nota), Costa Rica solicita el 24 de septiembre a la CIJ ordenar a Nicaragua medidas provisionales, a lo cual accede la CIJ en su decisión del 22 de noviembre del 2013 (ver nota).

En octubre del 2013, Nicaragua solicita a la CIJ medidas provisionales para que Costa Rica suspenda los trabajos de la trocha fronteriza: en este caso, la CIJ estimó innecesario ordenarlas, en virtud de las garantías dadas por Costa Rica de no reiniciar las obras hasta el 2015 (ver nota publicada en Tribu Global).



Foto: El profesor Alain Pellet (Francia) asesor de Nicaragua, gastando alguna broma con el Embajador de Costa Rica en los Paises Bajos en La Haya, Jorge Urbina. Entre ambos, el profesor James Crawford (Australia), y más al fondo Marcelo Kohen (Argentina), ambos asesores de Costa Rica: el primero de ellos fue electo juez titular de la CIJ en diciembre del 2014. Foto tomada durante las audiencias de enero del año 2011 por AP Associated Press







La presente nota un tanto ampliada con referencias bibliográficas fue publicada en Alainet, en Cambio Politico y en Informa-tico el 13/04/2015 y en Elpais.cr el 19/04/2015. .

viernes, 27 de marzo de 2015

RECHAZO DE LA CELAC A MEDIDAS COERCITIVAS UNILATERALES DECRETADAS POR ESTADOS UNIDOS CONTRA VENEZUELA



El pasado miércoles 25 de marzo, la Comunidad de Estados de América Latina y del Caribe (CELAC) dió a conocer su posición con respecto al "Executive Order" (ver nota de la Casa Blanca sobre su contenido) adoptado por el Presidente de Estados Unidos: el texto tiene como obketivo imponer medidas coercitivas de carácter unilateral contra Venezuela y fue anunciado el pasado 9 de marzo (ver nota de Reuters): el Presidente Obama declaró en aquel momento que Venezuela constituía una "amenaza para la seguridad nacional" de Estados Unidos. El 14 de marzo, los 12 Estados Miembros de la UNASUR habían adoptado un comunicado (ver texto completo) en el que: "Los Estados miembros de la Unión de Naciones Suramericanas manifiestan su rechazo al Decreto Ejecutivo del Gobierno de los Estados Unidos de América, aprobado el 9 de marzo de 2015, por cuanto constituye una amenaza injerencista a la soberanía y al principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados. Los Estados Miembros de UNASUR reafirman su compromiso con la plena vigencia del Derecho Internacional, la Solución Pacífica de Controversias y el principio de No Intervención, y reiteran su llamado a que los Gobiernos se abstengan de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que contravengan el Derecho Internacional". El comunicado final adoptado por consenso entre los 33 delegados de la CELAC refiere, entre otros textos, a la declaración de San José adoptada a finales del mes de enero del 2015 en el marco de la III Cumbre de la CELAC realizada en Costa Rica (ver nota). El comunicado adoptado rechaza, entre otras cosas, las medidas coercitivas adoptadas mediante Decreto en los Estados Unidos y llama a los Estados Miembros de la CELAC a fomentar el diálogo utilizando los mecanismos convencionales para dirimir sus diferencias y a abstenerse de intervenir en los asuntos internos de los Estados Miembros. El texto se lee como sigue:



COMUNICADO DE LA COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS SOBRE ACCIONES UNILATERALES CONTRA LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) reitera su rechazo a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contrarias al Derecho Internacional.

La CELAC reafirma su preocupación por la adopción de una Ley por el Gobierno de los Estados Unidos de América que aplica sanciones unilaterales en contra de funcionarios gubernamentales de la República Bolivariana de Venezuela; tal como fue expresado por las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno en el Comunicado especial aprobado en el marco de la III Cumbre de la CELAC en Belén, el 29 de enero de 2015.

La CELAC reitera los postulados de la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, acordada en su II Cumbre, efectuada en La Habana los días 28 y 29 de enero de 2014, en la que se insta a todos los Estados miembros de la Comunidad Internacional a respetar plenamente dicha Proclama en sus relaciones con los Estados miembros de la CELAC, incluido el compromiso de no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y de observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos.

La CELAC, saluda e insta a la promoción del diálogo y cooperación entre Estados Miembros como un medio para fomentar el desarrollo político, social y económico de sus miembros, por ello urge a los Estados a abstenerse de cualquier acción que pueda afectar dicho diálogo.

miércoles, 11 de marzo de 2015

AUDIENCIA EN COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS POR CONTAMINACIÓN DEL AGUA EN COSTA RICA POR EMPRESAS PRODUCTORAS DE PIÑA



Gráfico sobre principales exportadores de piña a nivel mundial extraído del Informe “Pineapples: U.S. import-eligible countries; world production and exports”, disponible en el sitio oficial: www.ers.usda.gov



Este 20 de marzo del 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos celebrará una audiencia para escuchar los alegatos de comunidades de Costa Rica víctimas de los efectos de la producción de la piña en Costa Rica (ver nota de prensa) Se trata de las comunidades del Cairo, Francia, Luisiana y Milano de la región de Siquirres, cuyos acuíferos fueron contaminados por empresas piñeras. Desde el mes de julio del 2007, más de 6000 personas en estas comunidades toman agua proviniente de camiones cisternas proveídos por una entidad pública, Acueducto y Alcantarillado (AyA). A la fecha, el Estado costarricense no ha sancionado a los responsables de esta contaminación. No se tiene información sobre acción penal alguna de una entidad estatal contra las empresas responsables de dicha contaminación. El Estado tampoco ha proveído a las comunidades afectadas con un nuevo acueducto en agua potable. La expansión piñera fue titulada en el 2009 como "insensata (ver artículo de El Financiero, del 1/07/2009).

Una larga lista de daños

Se trata de una actividad productiva que genera un serie de daños ambientales muy graves, algunos de carácter irreversible, en la medida en que, a diferencia de la piña criolla costarricense, o de la piña Hawaiana o de la piña Cayena producidas a inicios de los años 2000 para el mercado internacional, la especie "MD2" o "Sweet Gold" implantada en Costa Rica en el 2006 requiere de una gran cantidad de pesticidas y plaguicidas para ser producida. Un número especial de la Revista Ambientico (Universidad Nacional) describe en detalle los daños ambientales que ocasiona la piña MD-2 en Costa Rica (Número 177 de junio del 2008 disponible aquí). Estos daños también son económicos para los productores de ganado vecinos, debido a la proliferación de la mosca de establo que acarrea el mal manejo de los rastrojos de la piña (ver artículo de La Nación del 12/07/2010). Desde el punto de vista de la denuncia social y ambiental, son varios los reportajes hechos fuera de Costa Rica que han alertado a la opinión pública interamncional sobre la situación que impera en muchas piñeras de Costa Rica y los efectos sociales del modelo productivo adoptado (ver reportajes de Suisse Romande, 2007, "Les ananas de la colère", Miami Herald, 2008, "Costa Rica's pineapple boom raises environmental questions", Radio Canada, 2009, "Les ananas du Costa Rica" o The Guardian, 2010, "Pineapples: Luxury fruit at what price?", The Guardian, 2010, "Bitter fruit: The truth about supermarket pineapple" o el más reciente publicado en Der Spiegel en julio del 2014), alertando a los consumidores (Nota 1). En una nota del Semanario Universidad, una de las juezas del Tribunal Ambiental Administrativo (TAA) indicaba que al llegar sorpresivamente a investigar piñeras por presuntos delitos ambientales, los jueces observaban cómo los trabajadores salían huyendo de la finca, confundiendo los vehículos oficiales de TAA con los de la Policía de Migración.


Foto extraída de un informe publicado en Suecia en el 2013 titulado : "Toxic pesticides on Costa Ricas plantations"

La actitud del Estado costarricense

En un artículo titulado "La cuestionable sostenibilidad ambiental de la piña" publicado en septiembre del 2011, el experto en gestión ambiental Allan Astorga señalaba las diversas modificaciones hechas a la normativa ambiental por las mismas autoridades estatales para favorecer la expansión de la piña en el período 2006-2010, concluyendo que: " Es urgente reorientar una producción piñera que, lejos de ser un orgullo para la imagen verde de nuestro país ante el mundo, se ha convertido en una verguenza nacional". En el precitado número 177 de Ambientico, la abogada Gabriela Cuadrado estudio en detalle la inédita propuesta de Decreto Ejecutivo elaborada por el Ministerio de Salud tendiente a legalizar la contaminación de agua potable en su artículo: "Legalización de la contaminación de aguas para consumo humano (caso del diurón y el bromacil)". Más recientemente (noviembre del 2014), un estudio publicado en Francia describe otro efecto de la expansión de la piña ante el que el Estado costarricense demuestra una inédita complacencia: la concentración de tierras en detrimento del pequeño y mediano agricultor costarricense (artículo de Edgar Fernández Fernández "L’accaparement des terres au Costa Rica : le cas des entreprises productrices d’ananas" (disponible aquí).

Una advertencia desoída

Costa Rica es el primer exportador de piña a nivel mundial desde el 2007. Esta posición coïncide con la administración del Presidente Oscar Arias Sánchez (2006-2010) y su marcada política de apertura a la economía mundial, la cual se mantuvo durante la administración de la Presidenta Laura Chinchilla Miranda (2010-2014). No obstante, la cantidad de denuncias y de recursos de amparo recibidos por parte de la Sala Constitucional en los años 2006 y 2007 y los numerosos cuestionamientos realizados por activistas y académicos llevaron al Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) a solicitar a las autoridades de Costa Rica frenar la expansión de la piña. Dicha solicitud con fecha de diciembre del 2008 exigía una moratoria para nuevas plantaciones de piña, hasta tanto, entre otros puntos, se valorara los efectos sociales y ambientales del modelo de producción impulsado, y se reforzara las capacidades de fiscalización del Estado costarricense (texto del Pronunciamiento del Consejo Universitario de Diciembre del 2008 disponible aquí). En un artículo reciente de septiembre del 2014, Geanina Amaya Rodríguez recordaba los compromisos de campaña de la actual administración del Presidente Luis Guillermo Solis: "En campaña política el PAC aseguró que “Debe establecerse una moratoria a la expansión de la producción piñera de acuerdo al principio precautorio, hasta que se establezcan los mecanismos y controles adecuados por parte de las instituciones estatales con competencia en la materia". En octubre del 2014, un legislador de otra bancada, el diputado Edgardo Araya (Frente Amplio), propuso establecer una moratoria nacional por 5 años y gravar con un impuesto especial la piña (ver nota de prensa): la segunda iniciativa dio lugar al proyecto de ley 19.371 publicado en La Gaceta en noviembre del 2014 (ver texto). Habiéndose convertido el PAC en caja de resonancia a los fundados reclamos de las comunidades afectadas desde el 2008, habiendo además participado de forma activa (con la entonces unipersonal bancada del FA) para que la piña sea parte de la discusión política desde el 2008 en Costa Rica, y habiendo los académicos de la UCR nutrido parte de esta discusión, resulta lógico que la paciencia de comunidades, organizaciones, activistas y académicos empiece poco a poco a mermarse en estos meses del 2015.

Instancias internacionales y piña de Costa Rica

En el 2009, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos fue solicitada con relación a la piña en Costa Rica, para ordenar a Costa Rica medidas para proteger la vida y la integridad física de un activista y reconocido opositor a la expansión de la piña, Aquiles Rivera (ver nota). En este mismo año 2009, la relatora espacial de Naciones Unidas sobre Derecho Humanos, Agua y Saneamiento, Catarina Albuquerque, en su informe de misión en Costa Rica (ver texto) señalaba: "71. La Experta independiente desea expresar su preocupación respecto del empleo de Bromacil, Diurón y otros plaguicidas en las explotaciones agrícolas, en especial en las plantaciones de piña tropical, habida cuenta de que esos productos han sido relacionados con diversas formas de cáncer en caso de ser consumidos en grandes cantidades durante un período prolongado " (p.22, punto 71). La misma recomendaba en el 2009 "85. La Experta independiente recomienda que Costa Rica apruebe, como medida prioritaria, los proyectos de decreto ejecutivo destinados a reglamentar el uso de Bromacil y Diurón en las explotaciones agrícolas" (p. 26, punto 86).En respuesta a este informe de Catarina Albuquerque, la Misión de Costa Rica ante las Naciones Unidas en Ginebra hizo circular una nota oficial (ver texto del documento HRC/12/G/3, con fecha del 7/9/2009) que detalla las presuntas carencias del Informe. Con relación al tema de la piña, el punto 4 precisa que “sería importante conocer cuáles son las opciones que se les podrían brindar a los productores de piña en lugar de bromacil y diurón”: una crítica a la experta de Naciones Unidas entendible si proviniese del sector productivo, pero que sorprendió a muchos observadores al provenir del mismo Estado.

Concluión

Como se puede apreciar, a lo largo de estos últimos 8 años, la actitud del Estado costarricense con relación a la producción de la piña ha sido sumamente cuestionable. La CIDH oirá este 20 de marzo (en las vísperas de la celebraciones del Día Mundial del Agua) los descargos de las comunidades de Siquirres, quiénes han agotado pacientemente, una tras otra, todas las vías legales existentes para hacer valer su derecho al agua desde el 2007 (derecho consagrado como tal por la Sala Constitucional de Costa Rica). El marco de la demanda se circunscribe únicamente a los efectos en el agua de la contaminación de las empresas piñeras en Siquirres y a la conducta de las autoridades estatales desde el 2007 en esta zona, y no entra a analizar otros aspectos como los brevemente descritos. Pese a ello, es muy probable que otras comunidades afectadas por la expansión piñera desde muchos años, en particular las de la Zona Norte de Costa Rica - que actualmente concentra más del 50% de la producción total de la piña costarricense - y de otras partes del país (como Buenos Aires de Puntarenas o Chomes), observen con mucha atención este caso: la sustancias químicas usadas en Siquirres son muy similares a las que se usa en el resto del país para producir la MD-2; además, la capacidad de absorción de los suelos así como la vulnerabilidad de los acuíferos no son peculiaridades propias a la región de Siquirres. Por parte del Estado, no hay mucho que se pueda hacer ante los comisionados en Washington: el mismo Presidente del TAA fue recientemente bastante enfático con relación a la conducta estatal en el caso que se ventilará ante la CIDH: “Vergüenza debe darle todo esto al Estado” (ver artículo de La Nación de septiembre del 2014). La profunda sensación de impunidad que evidencia el reciente reportaje del Semanario Universidad (Nota 2) y el desinterés demostrado por el Estado costarricense por hacer valer en la hermosa tierra de Siquirres principios (bastante básicos) como el principio precautorio o el principio “quién contamina paga” constituyen, entre otros, argumentos de peso de difícil refutación que ahora colocan a Costa Rica en una situación extremadamente delicada desde el punto de vista internacional.

Nota 1: Algunas organizaciones han intentado hacer ver al consumidor lo que no se dice de la piña costarricense: el informe "‘The story behind the pineapples sold on our supermarket shelves: A case study of Costa Rica’ preparado por Consumers International y Bananalink constituye uno de estos intentos. En el 2008, la ONG británica OXFAM de igual manera lideró una campaña contra la comercialización de la piña de Costa Rica en los supermercados de Alemania (ver nota de prensa de La Nación, 2008 y una nota de DW titulada "Explotación laboral en Latinoamérica: Alemania no es inocente" de abril del 2008).

Nota 2: Nos referimos a la edición del 11 de marzo del 2015 que incluye los siguientes reportajes: “Milano de Siquirres sigue esperando un acueducto ocho años después” y “Xinia Briceño, presidenta de Asada de Milano: “¡Ya nos hubieran construido tres acueductos con lo que han gastado en cisternas!”.





Una versión ampliada de esta nota fue publicada en ALAINET el 13/03/2015, en Periodistas-es el 15/03/2015, en Informa-tico el 15/03/2015 y en Diario La Extra (Página ABierta) el 24/03/2015. Una versión mucho mas extensa fue editada en el sitio especializado en temas jurídico Derechoaldia el 18/03/2015. Una versión recortada e ilustrada con algunas fotos fue editada en Tribuglobal el 22/3/2015.

sábado, 31 de enero de 2015

DECLARACION FINAL DE IIIa CUMBRE DE LA CELAC REALIZADA EN COSTA RICA, 28-29 DE ENERO DEL 2015



El marco institucional de la CELAC

Como se indicaba en artículos anteriores, la CELAC (Comunidad de Estados de América Latina y del Caribe) constituye un esfuerzo reciente de la región para establecer un marco institucional hemisférico en materia de discusión política y de integración, con excepción de Canadá y de Estados Unidos: elementos políticos guiaron la creación de este nuevo marco regional cuyos objetivos son bastante claros. Los aspectos relativos a la organización y al presupuesto de una cumbre de la CELAC fueron esbozados en una nota anterior.

La cumbre en la que se fundó oficialmente la CELAC se realizó en Diciembre del 2011, los días 2 y 3 en Caracas, Venezuela reunión en la que participaron todos los Jefes de Estado de América Latina con excepción de Laura Chinchilla, Presidenta de Costa Rica, Mauricio Funes de El Salvador y Ollanta Humala de Perú (ver discurso de bienvenida del Presidente de Venezuela). En la Ia Cumbre oficial de la CELAC realizada en Chile en el mes de enero del 2013, Paraguay no asistió a petición expresa del Estado anfitrión, Chile (ver nota de prensa), así como los jefes de Estado de Brasil y de Venezuela (ver nota de prensa). En la IIIa Cumbre realizada en San José en enero del 2015 no participaron los Presidentes de Argentina, México Paraguay y Perú (ver nota de prensa).

Declaraciones finales adoptadas en el marco de la CELAC

La Iera Cumbre de la CELAC tuvo lugar en Santiago de Chile, los días 26 y 27 de enero del 2013 (ver texto de la Declaración Final adoptada).

La IIa Cumbre de la CELAC tuvo lugar en La Habana, Cuba del 28 al 29 de enero del 2014 (ver texto de la Declaración Final).

La III Cumbre tuvo lugar en San José de Costa Rica los días 28-20 de enero del 2015 (ver texto de la Declaración Política adoptada).

viernes, 23 de enero de 2015

COSTA RICA FELICITA A PALESTINA POR ACCEDER AL ESTATUTO DE ROMA Y A LA CORTE PENAL INTERNACIONAL

En el dia de ayer, Costa Rica oficialmente celebró la accesión de Palestina al Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional (CPI): El comunicado de prensa oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica se lee así:

Costa Rica celebra incorporación de Palestina a la Corte Penal Internacional. 22/01/2015 08:50 AM

El Gobierno de Costa Rica celebra que el Estado de Palestina haya depositado ante el Secretario General de las Naciones Unidas, el pasado 2 de enero, el instrumento de acceso al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, convirtiéndose en el Estado Parte 123.

“Para Costa Rica, país que cree firmemente en el Estado de Derecho, el papel de los convenios multilaterales como instrumentos para la convivencia pacífica, es crucial. Esto es particularmente notorio en relación con los convenios que tienen como objetivo la protección de los derechos humanos, las libertades fundamentales, y el Derecho Internacional Humanitario, como es el caso del Estatuto de Roma”, afirmó el Ministro de Relaciones Exteriores, Manuel A. González,

“Nuestro país ha promovido la universalización del Estatuto de Roma desde su creación, por lo que celebra la incorporación de todo nuevo Estado”, añadió el Canciller.

La Corte Penal es el único Tribunal Penal Internacional de carácter permanente, y desde su creación promueve la rendición de cuentas en casos de atrocidades masivas, así como la protección de las víctimas y su resarcimiento, dentro de un marco de debido proceso y legalidad.

Costa Rica es parte del Estatuto de Roma desde junio del 2001 y desde diciembre del 2014 fue electa al Bureau de la Corte Penal Internacional en representación de Latinoamérica y el Caribe.

Comunicación Institucional (4156 Palestina CPI)

Jueves 22 de enero de 2015.

jueves, 22 de enero de 2015

CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS: KUNA DE MADUNGANDI Y EMBERA DE BAYANO VERSUS PANAMA: ENTRE ACLARACIONES E INTERPRETACIONES DUDOSAS

Corte IDH, Pueblos indígenas Kuna de Madungandí y Emberá de Bayano y sus miembros Vs. Panamá: entre aclaraciones e interpretaciones dudosas

Por la Dra Karine Rinaldi, consultora en Derechos Humanos



Foto: Audiencia pública en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José, Costa Rica. Crédito: CorteIDH

Esta sentencia del 14 de octubre de 2014 –notificada en diciembre– enriquece la jurisprudencia interamericana en materia de derechos territoriales de los pueblos indígenas. En este sentido, confirma y detalla las obligaciones a cargo de los Estados que se refieren a la delimitación de los territorios indígenas, su demarcación y titulación colectiva (1). Es interesante notar que, por primera vez en la historia de la jurisprudencia interamericana, el bien jurídico sobre el cual recae este derecho diferenciado, y la protección interamericana, no es solamente el territorio ancestral en sentido estricto, sino también el territorio alternativo (que no es el territorio que las comunidades en cuestión ocupan desde tiempos inmemoriales) (2). Sin embargo, esta sentencia decepciona, ya que aparta, de manera aparentemente errónea, la protección del derecho sobre el territorio que sí era el territorio tradicional de los pueblos Kuna y Emberá. En efecto, la Corte se declara incompetente ratione temporis para conocer la falta de pago de la indemnización por la pérdida del territorio y el desplazamiento forzado de las comunidades antes del reconocimiento por Panamá de la competencia contenciosa de la Corte, considerando que esta indemnización (que todavía no ha sido pagada) representa solamente una consecuencia de la violación, una reparación, y no una parte integrante del examen de la responsabilidad del Estado. Por otro lado, el juez disidente Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot afirma que la falta de pago constituye una violación continuada del derecho a la propiedad. Más allá, un debate que parecía interesante, el de saber si la indemnización puede ser entendida como parte integral de las condiciones de expropiación además de la entrega de tierras alternativas, y que hubiera permitido aportar mayor entendimiento sobre el contenido de los derechos diferenciados de los pueblos indígenas, no ha sido planteado en este caso (3).

* La población indígena de Panamá representa el 12% de la población total y se compone de siete pueblos: Ngäbe, Kuna, Emberá, Buglé, Wounaan, Naso y Bribri. Hasta el momento, cinco territorios indígenas han sido creados (Comarca Kuna Yala, Comarca Emberá de Darien, Comarca Kuna de Madungandí, Comarca Ngöbe-Buglé, y Comarca Kuna de Wargandi). Desde 2008, la ley establece un procedimiento especial para el reconocimiento de otras propiedades colectivas.

Para resumir los hechos de este caso, conviene señalar que los pueblos indígenas Kuna y Emberá han sido desplazados de sus territorios en los años setentas debido a la construcción de una represa hidroeléctrica que provocó la inundación de parte de sus tierras. El Estado les concedió nuevos territorios (adyacentes) declarados inalienables, y se comprometió a indemnizar a los miembros de estos pueblos por la pérdida de sus territorios tradicionales. Cabe mencionar también que dentro de los territorios alternativos, una presencia no indígena –que ha ido aumentando con la construcción de la represa– está dando lugar a conflictos con los miembros de los pueblos indígenas. Estos conflictos no están siendo solucionados por el Estado, a pesar de varios procedimientos (administrativos y penales) introducidos por ambos pueblos, buscando la expulsión de sus territorios de los no indígenas y la seguridad jurídica de sus derechos territoriales reconocidos por el Estado en las tierras alternativas (delimitación, demarcación y titulación).

La comarca Kuna de Madungandí es uno de los cinco territorios indígenas actualmente reconocidos en Panamá. Fue finalmente creado en 1996 mediante la adopción de una ley que describe los límites del territorio y mediante su titulación. La demarcación física del territorio se llevó a cabo en el año 2000.

En cuanto al pueblo Emberá, cabe señalar que la comunidad de Piriatí recibió en 2014 el título colectivo de propiedad del territorio que había sido delimitado en 2013 (el territorio nunca ha sido, sin embargo, demarcado correctamente, y en él existe un título individual de propiedad otorgado por el Estado en 2012 a una persona no indígena). Por otra parte, el territorio de la comunidad de Ipetí, también del pueblo Emberá, fue delimitado en 2013 sin que fuera demarcado ni titulado.

1. Precisiones en cuanto a las obligaciones de delimitación, demarcación y titulación colectiva

El Tribunal Interamericano recuerda su jurisprudencia constante según la cual los derechos territoriales de los pueblos indígenas comprenden un concepto más amplio y diferente del de la propiedad clásica, que está relacionado con el derecho colectivo a la supervivencia como pueblo. En este sentido, este derecho diferenciado permite el control del hábitat, condición necesaria para la reproducción de la cultura.

Mediante una interpretación evolutiva del artículo 21 (derecho a la propiedad) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos a la luz de las especificidades culturales y del derecho consuetudinario de los pueblos indígenas, se desprendía de la jurisprudencia interamericana que este derecho diferenciado al territorio implicaba necesariamente, para su seguridad jurídica, que el Estado demarcase, delimitara y luego entregara un título colectivo (de hecho, el Tribunal afirmó que el reconocimiento puramente abstracto o jurídico de los derechos territoriales no tiene sentido si la propiedad no está delimitada físicamente –ver por ejemplo el Caso Yakye Axa Vs. Paraguay, § 143).

El Caso Pueblos indígenas Kuna de Madungandí y Emberá de Bayano ha sido la oportunidad para que el Tribunal aclare la cuestión de la demarcación. En este sentido, mientras que el Estado argumentaba que la demarcación de un territorio puede consistir en un límite constituido por elementos naturales, por un lado, y por coordenadas, por otro, el Tribunal señala que “si bien es cierto que algunos límites geográficos naturales podrían en su caso, dependiendo de las circunstancias concretas, volver innecesaria la demarcación física, también es cierto que para otros límites, la mera referencia a determinadas coordenadas resulta insuficiente” (§ 129).

Debido al retraso en la delimitación, demarcación y titulación del territorio colectivo del pueblo Kuna de Madungandí (el Estado necesitó 6 años para realizar la delimitación y la titulación, y 10 años para su demarcación), y debido a la falta de delimitación, demarcación y entrega de los títulos colectivos de los territorios de las comunidades Piriatí e Ipetí del pueblo Emberá (el Estado ha tardado más de 23 años para realizar las dos delimitaciones, 24 años para la titulación del territorio de la comunidad de Piriatí, no ha demarcado totalmente el territorio de esta comunidad y nunca ha demarcado ni titulado el territorio de la comunidad de Ipetí), el Tribunal declara la violación del artículo 21 de la Convención Americana (§ 137).

La Corte declara también la violación del artículo 2 de la Convención (obligación de adoptar medidas de derecho interno) debido a la ausencia en la legislación interna, antes del año 2008, de un procedimiento adecuado para la delimitación de los territorios indígenas, su demarcación y titulación. En efecto, a pesar del decreto que concedió tierras alternativas, y a pesar de los derechos territoriales reconocidos en la Constitución de Panamá, no existía en este país antes de 2008 procedimiento alguno en esta materia. Hasta ahora, este derecho ha sido reconocido a través de leyes específicas en el caso de los cinco territorios que se han creado (§ 152). Al respecto, el Tribunal constata que estas cinco leyes contienen disposiciones diferentes en cuanto a la obligación de delimitar, demarcar y titular (algunas no hacen, por ejemplo, ninguna referencia a la demarcación). Por lo tanto, la Corte observa que

la práctica de Panamá era la titulación mediante la creación de comarcas indígenas por medio de leyes específicas para el caso, sin que existiera una normativa interna genérica mediante la cual se estableciera un procedimiento de titulación de tierras indígenas como propiedad colectiva. En consecuencia, la titulación no dependía de una decisión de una entidad administrativo o judicial que resuelva una solicitud en nombre de una comunidad, mediante un procedimiento preestablecido. Por el contrario, consta que el único mecanismo existente en ese período era la promulgación de leyes, que en la práctica no resultó efectivo para la pronta titulación de las tierras en posesión de los Kuna y de los Emberá (§ 156).

Desde 2008, fecha de promulgación de la Ley n.º 72, y 2010, fecha de adopción del decreto que reglamenta esta ley, tal procedimiento existe en Panamá. La violación se declara sin embargo en relación con los años anteriores.

Cabe señalar también que, puesto que los miembros del Pueblo Emberá han llevado a cabo por más de veinte años y sin ningún resultado, varios procesos para exigir la efectividad de sus derechos sobre las tierras alternativas, el Tribunal declara además la violación de los artículos 8 (garantías judiciales) y 25 (protección judicial) de la Convención Americana (§ 173). La violación de estos artículos también se declara en perjuicio de los miembros de los dos pueblos debido a la presencia no indígena en sus territorios, ya que la duración de los procedimientos para la expulsión de estas personas no es compatible con el principio del plazo razonable (§ 185).

Como medida de reparación, el Tribunal ordena la demarcación de los territorios de las comunidades Ipetí y Piriatí del pueblo Emberá, así como la entrega del título a la comunidad de Ipetí, en el período de un año. El Estado deberá también, dentro del plazo de un año, dejar sin efecto el título otorgado al propietario individual dentro del territorio de la comunidad Piriatí (§§ 232 y 233).

La Corte también estimó pertinente recordar que varios Estados miembros de la Organización de Estados Americanos que han reconocido la jurisdicción contenciosa de la corte –Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Paraguay, Perú y Venezuela–, han incorporado en su legislación las obligaciones de delimitar los territorios indígenas, demarcarlos y entregar un título colectivo a los pueblos interesados (§ 118).

2. Una justa aplicación de las garantías del derecho al territorio ancestral a las tierras alternativas

Esta es la primera vez que la Corte Interamericana se pronuncia sobre los derechos diferenciados de los pueblos indígenas sobre tierras alternativas (tierras que son otorgadas por el Estado a los pueblos indígenas desplazados de su territorio tradicional, inundado debido a la construcción de una represa hidroeléctrica). Por lo tanto, no se trata estrictamente en este caso de territorios tradicionales. Hasta ahora, todos los casos que habían llegado a la Corte de San José se referían a reivindicaciones sobre territorios ocupados de manera ancestral por pueblos indígenas (originarios del continente) o por pueblos llamados tribales (un término utilizado –¿correctamente?– por el Sistema Interamericano para referirse a los descendientes de esclavos africanos traídos al continente americano en la época de la colonización, y que han mantenido hasta la fecha sus formas de vida, sus idiomas, sus usos y costumbres, sus instituciones o sus derechos consuetudinarios, compartiendo así, de alguna manera, todos los elementos de la definición de los pueblos indígenas salvo el de la ocupación de un territorio antes de un movimiento de colonización. En el seno de la OIT –de donde emana la terminología indígena y tribal– esta diferenciación respondía a otra realidad: la negativa de algunos Estados recientemente independientes de reconocer pueblos indígenas en sus territorios por temor a movimientos secesionistas, prefiriendo entonces el término tribal. No estamos seguros de la pertinencia de utilizar esta terminología hoy en día, y aun menos en el continente americano; abogamos más bien por el replanteamiento del término indígena, incluyendo en él no solamente a los descendientes de los pueblos que habitaban en un territorio en la época de la conquista o la colonización, sino también a los descendientes de los pueblos presentes en un territorio antes del establecimiento de las actuales fronteras estatales como lo menciona también la definición de indígena proporcionada por la OIT).

Volviendo al caso que nos ocupa, dado que la historia está hecha de migraciones estos pueblos deben ver sus derechos reconocidos tanto sobre sus territorios ancestrales –en el sentido estricto del término– como sobre el territorio hacia el cual han sido desplazados. El despojo no implica entonces la extinción del derecho diferenciado al territorio. El Caso Kuna de Madungandí y Emberá de Bayano, por lo tanto, sigue la línea de esta jurisprudencia constante y el derecho diferenciado al territorio tradicional se aplica a territorios alternativos. En este sentido, la Corte comienza por recordar que su jurisprudencia reconoce también que cuando un pueblo perdió la posesión de un territorio, tiene el derecho a recuperarlo. Sin embargo, en este caso, “la inundación de las tierras de las comunidades Kuna de Madungandí y Emberá de Bayano significa que dicha recuperación por parte de los pueblos indígenas es imposible. Por tanto, el presente caso trata de los derechos de las referidas comunidades respecto de las tierras alternativas asignadas por el Estado, lo cual también significa que no existe una ocupación o posesión tradicional de las mismas” (§ 120).

El Tribunal recuerda que en lo referente a las tierras ancestrales, es precisamente su posesión u ocupación prolongada lo que da lugar al derecho de reclamar el reconocimiento oficial de la propiedad. En el caso de tierras alternativas, ya que tal ocupación ancestral no existe, el reconocimiento del derecho a la propiedad colectiva se basa en la asignación, por el Estado, de estas nuevas tierras (§ 121). En efecto, según el Tribunal, las obligaciones de los Estados con respecto a tierras alternativas necesariamente deben ser iguales que en los casos en los cuales la recuperación de las tierras ancestrales es todavía posible porque, de lo contrario, el goce de los derechos territoriales estaría limitado por la incapacidad de justificar una ocupación prolongada o ancestral sobre las tierras alternativas, cuando esta falta de ocupación es precisamente la consecuencia del desplazamiento provocado por el propio Estado y por razones ajenas a la voluntad de los pueblos en cuestión (§ 122).

Además, la adopción de los decretos por Panamá “conlleva una obligación a cargo del Estado para respetar y garantizar el goce efectivo de los pueblos indígenas del derecho a la propiedad de las tierras asignadas a éstos” (§ 115).

3. La negativa de aplicar las garantías del derecho al territorio tradicional al verdadero territorio tradicional: debate en cuanto a la incompetencia ratione temporis relacionada con una indemnización que es, sin embargo, parte integral de las condiciones de expropiación

Es porque los pueblos Kuna y Emberá no han recibido del Estado la indemnización acordada tras la inundación de las tierras y la reubicación de las víctimas, que la Comisión Interamericana sometió el caso a la Corte. Para la Comisión, a pesar de que el desplazamiento tuviera lugar antes de la ratificación de la Convención Americana y del reconocimiento por Panamá de la jurisdicción contenciosa de la Corte, se trata de una violación continuada del derecho a la propiedad colectiva de los pueblos indígenas debido a la falta de pago de la indemnización.

La Corte se niega en este caso a aplicar el caso Moiwana, considerando que los hechos del Caso Moiwana Vs. Surinam son diferentes. El Tribunal argumenta que en el momento del examen del caso Moiwana, la posibilidad para la comunidad de regresar a su territorio (después del desplazamiento forzado que tuvo también lugar antes de la ratificación por el Estado de la Convención Americana y el reconocimiento de competencia contenciosa de la Corte) todavía existía y que, además, no se le había otorgado a esta comunidad un territorio alternativo. La violación del derecho a la propiedad fue entonces calificada de continuada; no sería así en el presente caso (§§ 35 y 36).

En efecto, la Corte defiende que la indemnización prometida por el Estado a los pueblos Kuna de Madungandí y Emberá de Bayano es solo una consecuencia de la violación, una reparación de la violación. El Tribunal declara que si no tiene jurisdicción para conocer acerca del hecho generador del daño no puede analizar este hecho ni sus efectos, es decir, las medidas de reparación correspondientes (§ 37). El Tribunal indica que ya que los decretos reconociendo las indemnizaciones fueron firmados antes de la competencia contenciosa de la Corte, no puede conocer de la falta de indemnización (como tampoco de la inundación de los territorios y de los desplazamientos), aceptando así la excepción preliminar planteada por el Estado (§§ 38 y 40).

Sin embargo, más allá del caso Moiwana (que trataba de una violación continuada del derecho a la propiedad, pero no de expropiación), es el Caso Saramaka el que debió de haber tenido en mente la Corte (en este caso, el Tribunal había reforzado las condiciones de expropiación de un territorio tradicional). En efecto, nos parece que la falta de indemnización debió de haber sido reconocida como una violación continuada, ya que la indemnización es parte integrante de las garantías de una expropiación para que esta no sea arbitraria y, por lo tanto, contraria a la Convención a partir del momento de su ratificación.

Porque es de expropiación de lo que se trata –lo califique el Estado de esta manera o no– cuando una comunidad indígena es desplazada de manera forzada de su territorio por el Estado en razón de la construcción de una represa hidroeléctrica. Y la Convención Americana supedita la legitimidad de la expropiación al pago de una indemnización justa. En caso de expropiación, el pago de una indemnización es, incluso, considerado por el Tribunal como un principio general del derecho internacional (ver el Caso Salvador Chiriboga).

En este sentido, el juez Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot redactó una opinión disidente en la que se puede leer que “no estamos ante hechos aislados de consumación instantánea sino ante una situación continuada (por un hecho compuesto) relativa al incumplimiento del pago de la indemnización” (§ 4). El juez señala que en virtud del artículo 21.2 del Pacto de San José, “[n]inguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnización justa, por razones de utilidad pública o de interés social y en los casos y según las formas establecidas por la ley”. Recuerda también las tres garantías adicionales que se han establecido en el desarrollo jurisprudencial para los casos de proyectos de desarrollo en territorios indígenas: la realización de un estudio de impacto ambiental y social, la participación del pueblo interesado en la toma de decisiones, y su participación en los beneficios económicos derivados del proyecto (§ 25 de su voto, y Caso Saramaka). Haciendo una referencia detallada de la jurisprudencia europea, así como de la del Comité de Derechos Humanos, el juez Ferrer Mac-Gregor argumenta por lo tanto que la falta de pago de la indemnización tras la expropiación es una violación continuada.

Más allá de esta discusión, una cuestión que parece relevante está ausente de esta sentencia. Para entender mejor el contenido de los derechos diferenciados de los pueblos indígenas, uno se pregunta si, en derecho de los pueblos indígenas, la indemnización debe entenderse además de la entrega de tierras alternativas. Esta pregunta no se la plantean ni el tribunal ni el juez disidente. De los pronunciamientos del juez, retenemos para este propósito que “la elección y entrega de tierras alternativas, el pago de una justa indemnización o ambos no quedan sujetas a criterios meramente discrecionales del Estado, deben ser, conforme a una interpretación integral del Convenio No. 169 de la OIT y de la Convención Americana, consensuadas con los pueblos interesados, conforme a sus propios procedimientos de consulta, valores, usos y derecho consuetudinario” (§ 28).

En el caso Salvador Chiriboga, la solicitud de la víctima de obtener tierras alternativas debido a su expropiación no fue aceptada por el Tribunal, que argumentaba que este derecho diferenciado solo existe en beneficio de los pueblos indígenas. La señora Chiriboga obtuvo por lo tanto una indemnización, y no la entrega de tierras alternativas. Hubiera sido interesante que la cuestión acerca de si en los casos en que las víctimas son pueblos indígenas la indemnización puede intervenir además de la entrega de tierras alternativas, fuera planteada, discutida y explicada. Lo que parece es que dado que en el ámbito interno el acuerdo firmado por el Estado trataba tanto de la entrega de tierras alternativas como de la indemnización por las inundaciones del territorio tradicional, la Corte Interamericana no puede, en virtud del artículo 29.b de la Convención (normas de interpretación), “limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados”.

Archivo de Sentinelle:

- Cour IADH : Affaire Norín Catrimán et autres (dirigeants, membres et militante du Peuple autochtone Mapuche) c. Chili : analyse depuis la perspective des droits différenciés des peuples autochtones, Bulletin Sentinelle n.° 401 du 7 septembre 2014 ;

- Cour IADH : Communautés afrodescendantes déplacées du bassin de la rivière Cacarica (opération Genesis) c. Colombie, Bulletin Sentinelle n.° 372 du 12 janvier 2012 ;

- Cour IADH : arrêt Peuple Autochtone Kichwa de Sarayaku c. Équateur. Un bilan mitigé, Bulletin Sentinelle n.° 314 du 9 septembre 2012.

miércoles, 7 de enero de 2015

PALESTINE ACCEDES TO ROME STATUTE, INTERNATIONAL CRIMINAL COURT (ICC) AND OTHER INTERNATIONAL INSTRUMENTS

Last January 6, United Nations Secretary General issued a note indicating that ICC's Rome Statute will enter into force as to the State of Palestine on April 1, 2015 (see official note of Secretary General acting as despositary of Rome Statute). On 7 January 2015, the President of the Assembly of States Parties to the Rome Statute welcomed the deposit by Palestine of the instruments of accession to the Rome Statute of the ICC as well as the agreement on the Privileges and Immunities of the International Criminal Court (APIC) (see official ICC press release).

On the very same day, ICC Registar sent a letter to Palestine authorities (see letter) confirming the reception of a declaration made pursuant article 12(3) of Rome Statute: "Excelency, I hereby confirm receipt, on 1 January 2015, of your 31 December 2014 “Declaration Acepting the Jurisdiction of the International Criminal Court” which was lodged with me pursuant to article 12(3) of the Rome Statute, and in which you state that “the Government of the State of Palestine recognises the jurisdiction of the Court for the purpose of identifying, prosecuting and judging authors and acomplices of crimes within the jurisdiction of the Court commited in the ocupied Palestinian teritory, including East Jerusalem, since 13 June 2014.” Pursuant to Rule 4(2) of the Rules of Procedure and Evidence, a declaration under article 12(3) of the Rome Statute has the efect of the aceptance of jurisdiction with respect to the crimes refered to in article 5 of the Statute of relevance to the situation, as wel as the application of the provisions of Part 9 of the Statute and any rules thereunder concerning to States Parties. I hereby acept the declaration and I have transmited it to the Prosecutor for her consideration. This aceptance is without prejudice to any prosecutorial or judicial determinations on this matter".

In August 2014, ICC Prosecutor Fatou Bensouda explained in an article in The Guardian her position with respect to the lack of jurisdiction of ICC on crimes committed in Gaza (see article). It must be recalled that on January 21, 2009, Palestine sent a similar declaration to ICC: « the Government of Palestine recognizes the jurisdiction of the Court for the purpose of identifying, prosecuting and judging the authors and accomplices of acts commitied on the territory of Palestine since July 2002 ».

In addition to the 1998 Rome Statute and the declaration made, there are other relevant international treaties to which Palestine is becoming State Party since Dec.31, 2014. The complete list of treaties that Palestine has acceeded is the following:

1. Convention on the Political Rights of Women

2. Convention on the Recognition and Enforcement of Foreign Arbitral Awards (the ‘New York Convention’)

3. Basel Convention on the Control of Transboundary Movements of Hazardous Wastes and their Disposal

4. Convention on Biological Diversity and the Cartagena Protocol on Biosafety to the Convention on Biological Diversity

5. Protocol Additional to the Geneva Conventions of 12 August 1949, and relating to the Protection of Victims of Non-International Armed Conflicts (Protocol II)

6. Protocol Additional to the Geneva Conventions of 12 August 1949, and relating to the Adoption of an Additional Distinctive Emblem (Protocol III)

7. Convention on the Law of the Non-Navigational Uses of International Watercourses

8. Convention on the Prevention and Punishment of Crimes against Internationally Protected Persons, including Diplomatic Agents

9. United Nations Convention against Transnational Organized Crime

10. Convention on the Safety of United Nations and Associated Personnel and the Optional Protocol to the Convention on the Safety of United Nations and Associated Personnel

11. United Nations Convention on the Law of the Sea

12. Convention on the Non-Applicability of Statutory Limitations to War Crimes and Crimes against Humanity

13. Agreement on the Privileges and Immunities of the International Criminal Court

14. Rome Statute of the International Criminal Court

15. Declaration in accordance with the Rome Statute of the International Criminal Court

16. The Convention on Prohibitions or Restrictions on the Use of Certain Conventional Weapons

17. The Treaty on the Non-Proliferation of Nuclear Weapons

18. Convention on Cluster Munitions

(Source: UNISPAL note reproducing the letter of President M. Abbas of December 31, 2014).

Concerning UN Convention of 1997 on International Watercourses, a recent note in a specialized site indicated that: "In addition, with Palestine’s accession to the Convention, Israel is now the only state in the Jordan River Basin to not have joined the treaty. Jordan, Lebanon, and Syria – all riparians to the Jordan River Basin – became Parties to the Convention in 1999, 1999, and 1998, respectively".





This note has been published in Diplomat Magazine on January 8, 2015. A longer version in Globalresearch on January 9, 2015 as well as in Diritti Globali on January 10, 2015, in Middle East Monitor on January 12, 2015 and in Scoop on January 13, 2015